domingo, 8 junio 2025

El drama de EFE: «Están poniendo la alfombra para que la cierre el próximo Gobierno»

La situación de la Agencia EFE atraviesa uno de los peores momentos de sus casi 9 décadas de vida. La mayor agencia de noticias en español del mundo afronta pérdidas económicas graves, una creciente crisis reputacional, luchas internas y polémicos fichajes que han desembocado en una atmósfera de desconfianza entre la plantilla.

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Algunos trabajadores de la agencia estatal temen que, sin pretenderlo, se esté preparando el terreno para una eventual disolución: «Están poniendo la alfombra para que la cierre el próximo Gobierno», dicen fuentes internas.

SANGRÍA

Desde la llegada de Miguel Ángel Oliver a la presidencia de EFE, en diciembre de 2023, la situación financiera ha empeorado: la agencia sufrió 4,42 millones de euros en pérdidas en el primer trimestre de 2025, que se suman a los 15,3 millones del ejercicio anterior. En total, la agencia acumula un patrimonio negativo de casi 38 millones, y solo sigue operando gracias a las inyecciones de capital público por parte de SEPI: más de 40 millones de euros en los dos últimos años.

Mientras tanto, la cúpula ha aprobado bonus por más de un millón de euros entre 2022 y 2023, y fuentes sindicales aseguran que se repartirán más de 600.000 euros entre 49 directivos en este mes. «No es éticamente aceptable repartir primas en medio de unas pérdidas estructurales», denuncian desde los sindicatos.

SUELDOS DESORBITADOS

La agencia cuenta con 738 trabajadores en plantilla y al menos 49 empleados cobran más de 100.000 euros anuales. El número podría superar el centenar si se suman pluses. También hay 26 directores de área, algunos con sueldos superiores a los 6.000 euros por quince pagas al año. «Esto es una barbaridad y lo peor es que muchos ingresos nuevos no aportan nada.

«Se han creado departamentos como el de contenidos digitales que no generan retorno, y se ha descuidado lo que históricamente nos ha dado prestigio y beneficios: el servicio de texto y fotografía», añaden.

DETERIORO REPUTACIONAL

La erosión de la marca EFE no solo es financiera. Varios episodios recientes han dañado gravemente la credibilidad de la agencia: desde el error al informar de que un helicóptero se había estrellado contra la Torre de Cristal en Madrid (lo cual obligó a pedir disculpas públicamente), hasta la muerte del escritor Fernando Aramburu, publicada por error.

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Age Moncloa
Miguel Ángel Oliver y su equipo. Foto: Corporativa.

Además, se ha cuestionado la objetividad editorial de EFE Verifica, su unidad contra la desinformación. «Todos contrastaron lo de la bomba lapa, menos nosotros», lamentan. «Estamos muy sesgados políticamente», añaden algunas voces.

LUCHAS INTERNAS

La fragmentación sindical también complica la situación: UGT (mayoritario) y CCOO arrastran tensiones desde años, y al Sindicato Independiente lo señalan como cercano a Vox. La tensión entre representantes y dirección ha alcanzado niveles preocupantes, con acusaciones cruzadas, bloqueo del convenio colectivo y falta de comunicación con la presidencia.

«No hay un plan estratégico. No hay rumbo. Ni siquiera sabemos a dónde vamos», explican representantes de trabajadores.

OLIVER, MUY CRITICADO

El nombramiento de Miguel Ángel Oliver (conocido como MAO por algunos) fue recibido con cierta esperanza. Pero, según testimonios internos, su gestión se ha limitado a las formas. «Es un presidente de titular. Va a actos, habla de sus premios Ondas, pero no toma las decisiones necesarias», critican. Y añaden: «¿Oliver es el único culpable? Evidentemente, no. También lo son sus antecesores. Pero debería tomar cartas en el asunto».

Uno de los casos más escandalosos que sufre EFE tiene que ver con la sede de Sevilla: la agencia paga 7.000 euros al mes por un local alquilado, mientras su propia oficina, a solo 150 metros, lleva 5 años vacía. «Esto es una vergüenza. Una empresa pública no puede permitirse este tipo de decisiones».

La venta de inmuebles para pagar anteriores ERE que tomó el anterior presidente Miguel Ángel Gozalo ha dejado a EFE con solo cinco sedes en España (Las Palmas, Tenerife, Bilbao, Valencia y Sevilla).

EL FUTURO

Desde dentro, algunos trabajadores ya hablan de causa de disolución. La situación económica lo permitiría. Mientras tanto, la plantilla sigue sin conocer un plan estratégico, a pesar de que EFE es una empresa 100% pública y amparada por la Constitución como servicio esencial.

«Estamos perdiendo la esencia», concluye un veterano de la agencia consultado por MONCLOA.com.

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